Mis Aventuras como Espía
Por Lord Baden-Powell de Gilwell

Capitulo IV

TRANSPORTANDO INFORMACIÓN

   De nuestro lado varios métodos fueron adoptados para enviar información al campo. Mis espías emplearon corredores negativos (especialmente los más astutos ladrones de ganado) para transportar sus despachos hacia mí. Esto era naturalmente, en cada caso, escrito en clave o en código secreto, en Hindustani y escrito en caracteres ingleses y así. Éstos eran enrollados en bolítas y presionados dentro de un pequeño hoyo tallado en un bordón, siendo después tapado el hoyo con barro o jabón. También era puesto dentro del hornillo de una pipa debajo del tabaco, y podía así ser fumado sin levantar sospecha, o eran deslizados entre las suelas de las botas o hilvanados en el forro de la ropa del portador. Estos nativos también entendían el lenguaje de las señales de humo -señalando por medio de pequeñas o grandes bolas de humo para describir los movimientos del enemigo y su fuerza.

UN MENSAJE SECRETO

Estos jeroglíficos contienen un mensaje secreto que puede ser fácilmente leído por aquellos que conocen la clave semáforo. Esta señalización consiste en voltear dos brazos en diferentes posiciones, ya sea por separado o juntos. Los puntos indican dónde se juntan las letras, por ejemplo: el símbolo de semáforo para la N consiste en ambos brazos señalando hacia abajo en un ángulo de 90 grados ^. La letra I es mostrada por ambos brazos señalando a la izquierda al mismo ángulo >. La siguiente N se muestra de nuevo, y la letra E es un brazo sencillo señalando hacia arriba a la derecha en un ángulo de 45 grados. En cada palabra comienzas por la parte superior de los signos y lo lees hacia abajo.

SEÑALES SECRETAS Y ALARMAS

   Los correo-corredores nativos eran a quienes mandábamos para abrir camino a través de las líneas enemigas cargando las cartas firmemente enrolladas en pequeñas bolas, envueltas con hoja de plomo tal como se empaca el té. Estas pequeñas bolas eran cargadas alrededor de sus cuellos en una cuerda. Al momento que veían acercarse a un enemigo las tiraban como si fueran rocas sobre el suelo y tomaban marcas del sitio para así poder encontrarlas cuando no hubiera "moros en la costa". Entonces había puntos dispersos para esconder cartas y, que otros espías las encontraran. Aquí hay algunas de las más frecuentemente usadas:

Esta marca, hecha en el suelo o en el tronco de un árbol o en un puente-correo, fue usada por un explotador para informar a otro. Significa: "Una carta está oculta a cuatro pasos en esta dirección".

Un signo usado para advertir a otro explorador que está yendo en la dirección equivocada. Significa: "no por este camino".

Este es otro signo de un explorador a otro y significa: "He regresado a casa".

La "marca" en el tronco y las dos piedras, una sobre otra, son simplemente para mostrar que el explorador está en la pista correcta. Los otros tres dibujos son para mostrar la dirección en la cual debe ir el explorador. La flecha se marca en el suelo. La parte superior del vástago o arbusto es inclinada sobre la dirección que debe tomar el explorador, es el mismo caso del manojo de hierba, que primero es amarrada y después inclinada.

ESPÍAS EN TIEMPO DE GUERRA

   Los japoneses, por supuesto, en su guerra con Rusia en Manchuria hicieron uso extensivo de espías, y Puerto Arturo, con todos sus defectos de fortificación y equipamiento, era conocido por dentro y por fuera por el personal general japonés antes de que se disparara un solo tiro. En las regulaciones del servicio de campo del ejército alemán, un párrafo dice que: "el servicio de protección en el campo - que es como decir, la vanguardia, la guardia de avanzada v reconocimiento - debe ser siempre asistido por un sistema de espionaje..." y aunque este corto párrafo está en el libro, su esencia es acatada. Los espías de campo son un arma reconocida y eficiente. A Federico el Grande se le recuerda por haber dicho: "Cuando Marshal Subise va a la guerra, es seguido por un centenar de cocineros, pero cuando yo voy, al campo soy precedido por un centenar de espías". Escuchamos sobre ellos que van vestidos en ropas humildes como campesinos, que hacen señales con luces de colores, con bolas de humo de las chimeneas y usando las manecillas del reloj de la iglesia como semáforo.
   Muy frecuentemente un sacerdote era arrestado y se descubría que era un espía disfrazado, y como tal, era fusilado. También un chofer alemán en uniforme francés, que por algún tiempo estuvo conduciendo para los oficiales franceses, se le encontró que era un espía, y así encontró su muerte.

Pronto en la presente guerra los espías de campo alemanes tuvieron su código secreto de signos, así que dibujando bosquejos de ganado, de colores y, tamaños diferentes, se transmitían información sobre la fuerza y dirección de los diferentes cuerpos de tropas hostiles en el área.
   Como una regla, éstos son espías residenciales que han vivido por meses o años con los pequeños comerciantes, etc., en las ciudades y villas ahora incluidas en el teatro de la guerra. A la llegada de los invasores alemanes dibujaron con gis sobre sus puertas: "Para no ser destruido. Buena gente aquí", y también fue hecho para algunos de sus vecinos para alejar las sospechas. En su capacidad de naturalizarse habitantes están en posición, por supuesto, de obtener valiosa información táctica para los comandantes de las tropas. Y sus diversas formas de comunicación son más que ingeniosas. Ambos, en algunos casos espías y comandantes, tienen mapas dispuestos en pequeños cuadros, El espía atento señala a su comandante, "caballería enemiga estacionada detrás del bosque en el cuadro E 15", y muy pronto una salva de obuses visita este lugar. Una mujer espía fue capturada cuando señalaba con una linterna eléctrica. Dos hombres diferentes (uno de ellos un viejo triturador cojo por el camino) fueron capturados con teléfonos de campo ocultos en ellos con el alambre enrollado en sus cuerpos. Pastores con linternas dieron vueltas en las colinas de noche moviendo las linternas de diferentes formas que todas juntas no parecían necesarias para encontrar ganado. Los telégrafos inalámbricos se colocaron para parecer soporte a las chimeneas de hierro.
   En la campaña sudafricana un jefe de estación holandés fungió como espía de campo para los boers por un corto tiempo. Sólo fue un tiempo muy corto. Su ciudad y estación fueron capturadas por mis fuerzas Y para desviar toda sospecha, cortó y tiró las líneas telegráficas, todas menos una, que fue dejada en servicio. Por esta línea él envío a los cuarteles boers toda la información que pudo recabar acerca de nuestras fuerzas y planes. Desgraciadamente, para él, tuvimos un destacamento de hombres golpeando la línea y pudimos leer todos sus mensajes, para después confrontarlo con ellos.

Otro jefe de estación, en nuestro territorio, fungió como espía para el enemigo antes de que la guerra comenzara empleando enemigos como conspiradores y a obreros del ferrocarril a lo largo de la línea férrea con la intención de destruir puentes y alcantarillas tan pronto como la guerra fuese declarada. También se encontró en su oficina un código por el cual las diferentes armas del servicio eran designadas en términos ocultos para así telegrafiar información.

Así:

Beams significaba brigadas.
Timbers significaba baterías.
Logs significaba armas.
Scantlings significaba batallones.
Joists significaba escuadrones.
Planks significaba compañías.

LAS AGALLAS DE UN ESPÍA

   Excepto en el caso de un espía que es traidor, uno no logra entender por qué un espía tiene que ser tratado peor que cualquier otro combatiente, n¡ por qué su ocupación ha de ser vista como despreciable, porque, ya sea en la paz o en la guerra, su trabajo es del tipo que es muy excitante y peligroso. Es intensamente excitante y aunque en algunos casos trae una gran recompensa, los mejores espías son hombres sin devengar un salario; lo hacen por amor al oficio y como un paso realmente efectivo para obtener algo valioso para su país y para su lado. La súplica interpuesta por el espía alemán Teniente Carl Lody, a la corte marcial en Londres, fue que "él no se arrodillaría por piedad. No estaba avergonzado por nada de lo que había hecho; él, por honor, no daría los nombres de aquellos que lo emplearon en esta misión; para lo cual no se le pagó, lo hizo por el bien de su país, y él sabía que se jugaba la vida al hacerlo. Muchos británicos harían lo mismo por Bretaña". Incluso se habló de él en nuestra Casa de los Comunes como "un patriota que había muerto por su país tanto como cualquier soldado que cae en el campo".

Para ser un espía realmente efectivo, un hombre tiene que ser dotado con un fuerte espíritu de autosacrificio, coraje y autocontrol, con el poder de actuar por su cuenta, rápido en la observación y deducción, bendecido con buena salud y nervios de una calidad excepcional. Una cierta cantidad de entrenamiento científico es de valor donde un hombre tiene que tomar los ángulos de un fuerte, o establecer la formación geológica, decir, en media isla bajo el cuarto puente, que fue mostrado por Graves para ser fácilmente adaptable para propósitos explosivos.
   ¡Para cualquiera que esté cansado de la vida, la excitante vida de un espía debe ser el mejor restablecedor!

ESPIONAJE TRAICIONERO

   Otro tipo diferente de espía es el traidor que otorga los secretos de su propio país. Para él, por supuesto, no hay excusa. Afortunadamente el británico no es, por regla general, de carácter corruptible, y muchos espías extranjeros en Inglaterra han sido descubiertos a través de sus intentos por sobornar a oficiales u hombres para obtener secretos.
   Del otro lado, oímos frecuentemente de soldados extranjeros que caen víctimas de tal tentación y eventualmente son descubiertos. Recientemente unos casos han salido a la luz en Austria donde oficiales estaban dispuestos a vender información en consideración de un número de refugios secretos que eran construidos en la frontera de Bukovina el año pasado. Detalles de ellos cayeron en manos de otra potencia con unos pocos días de diferencia de que los diseños fueran hechos.
   Aparentemente, cuando la sospecha cayó en un oficial en Austria, el caso no se dio a conocer al público, fue conducido en privado, incluso Por el Emperador en persona. Cuando el hombre fue hallado culpable, el procedimiento seguido fue que cuatro amigos del acusado lo visitaron y el dijeron los resultados en su contra, le dieron un revólver cargado y lo dejaron.
   Permanecieron observando la casa, siguiendo la orden de que no debería escapar, hasta que eligiera dispararse, si fallaba en hacerlo, en un tiempo razonable, ellos entrarían y lo matarían.

LA ORGANIZACIÓN ALEMANA DE ESPIONAJE

   El sistema de espionaje de los alemanes va mucho más allá que cualquier otro país, su extensión, costo y organización, fueron minuciosamente expuestos después de la guerra con Francia en 1870, cuando fue definitivamente mostrado que el gobierno alemán tenía una organización de más de 20,000 informadores pagados, estacionados en Francia y controlados por un hombre, Stieber, para propósitos políticos y militares. Eran tan completas las maquinaciones llevadas a cabo, que cuando Jules Favre vino a Versalles para tratar acerca de la redención de París con el personal del ejército alemán, en la estación subió a un carruaje cuyo cochero era un espía alemán, y fue conducido a una casa que en realidad eran los cuarteles del departamento de espías. Stieber en persona fue el valet, recomendándose así como "un completamente confiable servidor". Stieber se sirvió de su posición para buscar de principio a fin en los bolsillos de su amo y despachar casos diariamente, colectando los datos e informaciones más valiosos para Bismarck.
   De alguna manera, en la superficie, se sospecha que los métodos de espionaje alemán parecen haber decaído desde esa fecha, aunque al mismo tiempo eran ampliamente conocidos a través de Europa. Pero sus métodos han sido cuidadosamente elaborados y llevados a la práctica desde entonces, no sólo en Francia, sino en todos los países del continente y también en Gran Bretaña.

EL VALOR DE SER ESTUPIDO

   Afortunadamente para nosotros, somos considerados como una nación que es anormalmente estúpida, por el hecho de ser fácilmente espiables. Pero no siempre es seguro juzgar por las apariencias.
   Nuestro embajador en Constantinopla hace algunos años tenía una apariencia jovial y franca como la de un granjero británico, con nada bajo la superficie en su carácter y fue, por lo tanto, visto como honesto por todos sus rivales intrigantes de las políticas occidentales. Fue sólo después de repetidas fallas de sus diferentes misiones que descubrieron que en cada caso eran desentrañados por este hombre de apariencia inocente, que bajo la superficie era astuto como un zorro y tan inteligente como diplomático, como cualquiera que se pudiera encontrar en todo el servicio.

Y así ha sido con nosotros los británicos. Espías extranjeros estacionados en el país no hallan dificultad en engañar a personas tan estúpidas, nunca supusieron que la mayoría de ellos han sido descubiertos por nuestro departamento del servicio secreto, y, cuidadosamente observados.
   Pocos de ellos han llegado a este país sin haber sufrido el escrutinio de un discreto caballero anciano con sombrero alto y paraguas, que con el movimiento de su dedo envía a un detective tras los talones del visitante hasta que su localización y asuntos actuales sean asegurados y encontrados satisfactorios.
   Por años, la correspondencia de esta gente ha sido regularmente abierta, anotada y enviada. No eran, como una regla, merecedores del arresto; la información enviada no era de ninguna importancia urgente, y así mientras ellos pensaran que pasaban inadvertidos, sus superiores en sus países no hacían ningún esfuerzo por enviar hombres más astutos en su lugar. Así sabíamos qué era lo que el enemigo buscaba y sabíamos qué información había recibido, y, esto en general no contaba mucho.
   El 4 de agosto, un día antes de la declaración de la guerra, los 20 espías principales fueron formalmente arrestados y más de 200 de sus agentes menores fueron también procesados, así su organización les falló en el momento que más lo necesitaban. Se dieron pasos para prevenir que cualquier sustituto fuese puesto en su lugar. Estaciones privadas inalámbricas fueron desmanteladas y por medio de trampas, aquellos que no habían sido voluntariamente reportados y registrados fueron descubiertos.
   Nos suele divertir a algunos de nosotros el observar a espías extranjeros trabajar en nuestro campo. Uno me interesó de manera especial pues se estableció ostensiblemente como un mercader del carbón. Su reconocimiento diario del campo, sus anotaciones de los caminos y sus otros movimientos lo vincularon en la preparación de sus reportes, que todos observábamos y grabábamos.

 Sus cartas eran abiertas en el correo, selladas y enviadas. Sus amigos eran observados y seguidos como una sombra a su llegada -como ellos hicieron- a Hull en lugar de Londres. Y todo el tiempo que había trabajado fatigosamente solo, desperdiciando su tiempo, el muy inocente no sabia que había sido observado y que incidentalmente nos daba una gran cantidad de información.
   Otro vino sólo por unas horas y se fue antes de que pudiéramos atraparlo, pero conociendo sus movimientos y las fotografías que había tomado, fui capaz de escribirle y decirle que sabía de antemano que deseaba fotografiar esos lugares, yo podría haberle dado algunas ya hechas, pues los fuertes que tomaron eran actualmente obsoletos.
   Por otra parte, el excesivamente estúpido inglés que había vagabundeado entre países extranjeros dibujando catedrales, o atrapando mariposas o pescando truchas, era simplemente considerado como un lunático fuera de peligro. Éste había incluso invitado a oficiales a ver sus dibujos que, estando fuera de toda sospecha o ningún ojo sobre su cabeza, hubiera revelado planes y armamentos de sus fortalezas interpoladas entre las venas de los dibujos botánicos de las hojas o en las entomológicas alas de una mariposa. Algunos ejemplos de dibujos secretos de fortalezas que fueron usados con éxito son mostrados en las siguientes páginas.

INTRODUCCIÓN

Capítulo I
LOS DIFERENTES RANGOS DE LOS ESPÍAS

Capítulo II
LOS PLANES DE INVASIÓN ALEMES

Capítulo III
JAN GROOTBOOM, MI ESPÍA NATIVO

 Capitulo IV
TRANSPORTANDO INFORMACIÓN

Capítulo V
PLANOS SECRETOS DE FORTIFICACIONES

Capítulo VII
CÓMO SE DISFRAZAN LOS ESPIAS

Capítulo VIII
EXPLORANDO UN ASTILLERO EXTRANJERO

Capítulo IX
ESPIANDO A LAS TROPAS ALPINAS

 Capítulo X
POSANDO COMO UN ARTISTA

 Capítulo XI
ENGAÑANDO A UN CENTINELA ALEMAN

Capítulo XII
UN ESPIA ES SUSPICAZ

Capítulo XIII
BURLANDO A UN CENTINELA TURCO

Capítulo XIV
EL TURCO Y EL TÉ

 Capítulo XV
OBSERVANDO A LOS BOSNIOS

Capítulo XVI
ENCUENTRO CON LA POLICIA

Capítulo XVII
CAPTURADO AL FIN

Capítulo XVIII
EL ESCAPE

CONCLUSIÓN