Cristobal Colón
El hombre que cambiò el Mundo

Nació en Génova en 1451, hijo de Domeneghino Colombo y Susanna Fontanarossa. Era en realidda el tercer hijo pero fungio de mayor falleciendo sus hermanos mayores. Tenía además dos hermanos pequeños, Bartolomé, uno o dos años más joven, y Diego. Su familia, poseía cierto acomodo, debido al negocio de telares del padre y a los ingresos complementarios que procuraba un pequeño comercio de quesos. La infancia de Colón, como su fecha y lugar de nacimiento, también aparece envuelta en nebulosa.

Cristobal Colón es la castellanización del italiano Cristoforo Colombo, quien era hijo de Domenico Colombo, tejedor y luego comerciante, y de Susana Fontanarossa. Así su educación literaria fue escasa y se introdujo en la navegación a temprana edad.

El señala que desde muy joven aprendió el oficio de marino alentado por el carácter marinero de la ciudad de Génova y la ebullición del comercio mediterráneo que inundaba la ciudad.

Entre 1474 y 1475 viajó a la isla de Quíos, posesión genovesa en el mar Egeo, como marino y comerciante.

En 1476, viajando rumbo a Inglaterra, su nave naufraga en una batalla entre mercantes y el corsario Casenove, salvándose a nado y alcanzando las costas del Algarve. Desde allí partió a Lisboa, buscando la ayuda de su hermano Bartolomé, y de otros conocidos. Además de Bartolomé, podría TUVO otroshermanos: Giovanni Pellegrino, Giacomo, Diego y Bianchinetta.

Hasta 1485 vive en Portugal como agente de la casa Centurione de Madeira, realizando numerosos viajes con destinos variados, incluida Génova e Inglaterra, donde visitó Irlanda y viaje en el cual podría haber llegado a Islandia, escuchando leyendas de un camino hacia tierra nueva (Terra Nova) viajando hacia el oeste.

En 1479 contrajo matrimonio con doña Felipa Perestrelo e Moniz, hija del colonizador de las islas Madeira, Bartolomé de Perestrello, en Lisboa. En 1480 tienen a su único hijo, Diego Colón, muriendo Felipa en enero de 1485, momento éste en que Cristóbal abandona Portugal viajando a Palos, donde se encontraban los reyes de Castilla y Aragón.

En los siguientes años y hasta su muerte vivió junto a la cordobesa huérfana Beatriz Enríquez de Arana, quien vivía junto a un primo trabajando como tejedores. Nunca se casaron, aunque le dejó su fortuna a esta mujer (Cristóbal Colón fue gobernador de las Indias, correspondiéndole un 10% de los beneficios de los viajes debido a las Capitulaciones de Santa Fe), e hizo que su primer hijo Diego la tratara como a su madre verdadera. Tuvieron un hijo, Fernando Colón (1488-1539) también llamado Hernando Colón, quien fue el biógrafo más cercano de su padre, escribiendo la obra "Vida del Almirante Don Cristóbal Colón" donde enaltecía a su padre (quizá en exceso) y viajando junto a Cristóbal a América en su cuarto viaje.

A partir de estas vivencias, Colón empezó a idear su plan de llegar a Cipango (el moderno Japón) y a las tierras del Gran Khan navegando hacia Occidente. Es difícil estimar en qué momento nació el proyecto, pero puede fecharse después de su matrimonio y antes de 1481.

Una carta de Toscanelli a Colón iba acompañada de un mapa en que se trazaba el trayecto a seguir al oriente asiático, incluidas todas las islas que se suponían debían estar en el trayecto. Este mapa y las noticias de Toscanelli estaban basadas principalmente en los viajes de Marco Polo. Señalaba este último que entre el extremo occidental de Europa y Asia la distancia no era excesiva, estimando unas 6.500 leguas marinas el espacio entre Lisboa y Quinsay, y desde la legendaria Antilia al Cipango solo 2.500 millas, lo que facilitaba la navegación.

Los libros que se conservan de la biblioteca de Colón aportan luz sobre lo que influyó en sus ideas, por su costumbre de subrayar los libros, y se deduce que los más subrayados serían los más leídos. Entre los que tienen más anotaciones están el Tractatus de Imago Mundi de Pierre d'Ailly, la Historia Rerum ubique Gestarum de Eneas Silvio Piccolomini, y especialmente Los Viajes de Marco Polo, que le dieron la idea de cómo era el oriente que soñaba encontrar.

La idea de Colón, se basaba en que la Tierra tenía una circunferencia de 29.000 km, según la "medición" de Posidonio y la medida del grado terrestre de d'Ailly, sin considerar que éste hablaba de millas árabes y no italianas, que son más cortas, de modo que cifraba esa circunferencia en menos de tres cuartas partes de la real, que por otro lado era la aceptada científicamente desde tiempos de Eratóstenes. Como resultado de lo anterior, según Colón, entre las Canarias y Cipango debía haber unas 2.400 millas marinas, siendo 10.700 en la realidad. Para mostrar su proyecto, dibujó un mapa, basado en el de Toscanelli, que incluía numerosas islas en el camino que harían más fácil la navegación.

Por 1483 ó 1484 presentó este proyecto ante el rey Juan II de Portugal, siendo rechazado, porque entonces estaba el rey intentando alejar a Castilla de sus colonias, ya que ésta estaba a punto de terminar su Reconquista y su poder era suficiente como para competir en ventaja con Portugal, para lo que estaba tratando una división del mundo entre los dos reinos ibéricos, que acabó en el Tratado de Tordesillas, y que dejaba a Castilla el viaje, incierto, por Occidente como posibilidad lo que, por otro lado avalaba el dictamen de sus sabios, coincidente con el que después dieron los de Salamanca, que analizaron el proyecto y lo consideraron imposible.

Se dirigió con su hijo Diego Colón al puerto de Palos de la Frontera, Huelva, en 1485. En el vecino monasterio de La Rábida, hizo amistad con fray Antonio de Marchena, a quien confió sus planes. Fray Antonio lo apoyó y recomendó a fray Hernando de Talavera, confesor de la reina Isabel I. Colón se dirigió a la corte, establecida por entonces en Córdoba, entablando relaciones con importantes personajes del entorno real.

Si bien el Real Consejo rechazó su proyecto, consiguió, gracias al valimiento de Talavera, ser recibido, en enero de 1486, por la reina Isabel, a quien expuso sus planes. La reina se interesó por la idea, pero quiso que, previamente, un consejo de doctos varones, presidido por Talavera, diera un dictamen sobre la viabilidad del proyecto, mientras asignaba a Colón, pobre de recursos, una subvención de la corona.

El Consejo se reunió en la Universidad de Salamanca y, basándose en la circunferencia aceptada de la Tierra desde Eratóstenes, que era de 252.000 estadios (tomando el estadio egipcio, tendría un error del 1% sobre la medida aceptada ahora de 40.000 km) dictaminó que la distancia que había a las verdaderas Indias era excesiva, y determinó la viabilidad del proyecto cómo absolutamente imposible. También parece que las exigencias económicas y políticas exigidas por Colón eran muy altas, como se vio en las Capitulaciones de Santa Fe.

La reina llamó entonces a Colón, diciéndole que, aunque tenía asuntos más urgentes que atender (la conquista de Granada), no descartaba totalmente su plan. Mientras el navegante esperaba, se vio en la necesidad de vender mapas y libros para sobrevivir.

Conoció en esa época a la cordobesa Beatriz Enríquez de Arana, que fue madre de su hijo Fernando.

Colón pasó nuevamente a Portugal a intentar suerte pero, por las razones antedichas, sin resultado. Talavera le recomendó ofrecer su proyecto al duque de Medinaceli, quien se mostró interesado. Sin embargo, al ser consultada la reina, mandó a llamar a Colón dándole la promesa de ocuparse de su plan tan pronto como se terminara la conquista de Granada.

En diciembre de 1491, Colón llegaba al campamento real de Santa Fe de Granada. Su proyecto fue sometido a una nueva junta, convocada por la reina, pero nuevamente se rechazó. Parte importante de la oposición era por las exigencias desmedidas de Colón. En esos momentos intervinieron Luis de Santángel y Diego de Deza, quienes ganaron para su causa al rey consorte de Castilla, Fernando, consiguiendo su apoyo. En el transcurso de las negociaciones, Colón rebajó sus exigencias, comprometiéndose a aportar parte del dinero y a dirigir la expedición, lo que constituía una garantía.

Las negociaciones entre Colón y la Corona se realizaron a través del secretario de la Corona de Aragón, Juan de Coloma y de fray Juan Pérez, en representación de Colón. El resultado de las negociaciones fueron las Capitulaciones de Santa Fe, del 17 de abril de 1492.

Por este documento Colón obtenía las siguientes prebendas:

  • El título de Almirante en todas las tierras que descubriese o ganase en la mar Océana, con carácter hereditario y con el mismo rango que el Almirante de Castilla.
    El título de Virrey y Gobernador General en todas las islas o tierras firmes que descubriera o ganara en dichos mares, recibiendo el derecho de proponer ternas para el gobierno de cada una de ellas.

  • El diezmo (diez por ciento) del producto neto de la mercadería comprada, ganada, hallada o trocada dentro de los límites del Almirantazgo, quedando un quinto para la corona.

  • La jurisdicción comercial de los pleitos derivados del comercio en la zona de su almirantazgo, según correspondiese a tal oficio.

  • El derecho a contribuir con un octavo de la expedición y participar de las ganancias en esa misma proporción.

Las Capitulaciones fueron firmadas en Santa Fe de Granada el 30 de abril de 1492, concediendo además a Colón el título de Don y haciendo hereditario el título de Virrey.

Se despacharon diversas cédulas para la organización del viaje. Según una de ellas, Colón sería Capitán Mayor de la Armada, constituida por tres navíos. Otra cédula decía que los vecinos de Palos debían proporcionar dos carabelas equipadas y tripuladas.

Cuando Colón llegó a al puerto de Palos, se encontró con la oposición de los vecinos, que desconfiaban del extraño. También hubo problemas en el reclutamiento de marineros, pero los religiosos de La Rábida lograron solucionarlo, al poner en contacto a Colón con Martín Alonso Pinzón, destacado navegante local, que apoyó la posibilidad del viaje, contra lo que la gente pensaba del proyecto.

Primer Viaje de Cristonbal Colón. El descubrimieto.

Finalizados todos los preparativos, la expedición zarpó de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de agosto de 1492, con las carabelas "La Pinta" y "La Niña", y con la nao "Santa María".

Hasta el 6 de septiembre estuvo en las Islas Canarias, concretamente en La Gomera (visitando a Beatriz de Bobadilla, gobernadora de la isla) y en Gran Canaria, arreglando el timón de La Pinta, y sustituyendo sus velas triangulares originales por unas cuadradas, lo que la convirtió en la carabela más rápida de la flotilla.

Iniciado el viaje y cuando la tripulación ya estaba inquieta por la larga travesía sin llegar a ninguna parte, el grumete Rodrigo de Triana, dio el famoso grito de: Tierra a la vista. Era el 12 de octubre. Llegaron a una isla llamada Guanahani, a la que rebautizó San Salvador, en el archipiélago de las Bahamas (según los estudiosos de Cristóbal Colón, alteró su diario de navegación para hacer coincidir su llegada a América, que el creía que eran las Indias Orientales, el mismo día de la Virgen del Pilar).

También desembarcó en la isla de Cuba y la de La Española. En esta, el 25 de diciembre de 1492, se hundió la nao capitana, la "Santa María". Sus restos fueron usados para construir el Fuerte de La Navidad, constituyendo así, el primer asentamiento español en América. Las dos carabelas, al mando de Colón, regresaron al puerto de Palos el 15 de marzo de 1493. El día 3 de Abril 1493, Colón fue recibido por el Rey Fernando el Católico en Barcelona para recibir el anuncio de sus viajes y descubrimientos.

Las naves o naos que navegaron hacia América, llamada en aquel entonces Abya Yala, en el primer viaje, desde el puerto de Palos de la Frontera (Huelva), fueron las siguientes:

La Niña, era una carabela de velas latinas que pertenecía a los hermanos Niño, de ahí su nombre, antes de formar parte de la expedición. Esta embarcación se fabricó en la villa de Moguer (Huelva) y por ello su tripulación durante la travesía colombina era mayoritariamente moguereña. Las velas de “La Niña” carecían de rizos, por lo que no tenían sistema de cabos que permitiera reducir la superficie en caso de fuerte viento. Las jarcias que sostenían los palos estaban enganchadas en los costados del buque. “La Niña” carecía de castillo de proa mientras que el alcázar era bastante pequeño. Es posible que, durante el primer viaje, “La Niña” fuera convertida en Carabela de velas cuadradas durante la escala en Canarias. Formó parte de las tres primeras expediciones de Colón recorriendo en el transcurso de tales viajes más de 25.000 millas náuticas. Como anécdota hay que señalar que “La Niña” fue capturada por los corsarios berberiscos a la vuelta del segundo viaje. La reacción de la tripulación permitió liberar la embarcación que regresó a Cádiz para intervenir en el tercer viaje.
Tripulación 20 hombres

La Pinta, fue alquilada por Colón a Gómez Rascón y Alonso Quintero. Era una carabela nórdica de velas cuadradas con un velamen muy sencillo. Los palos de mesana y mayor iban aparejados con una vela cuadrada de grandes dimensiones, en tanto que el trinquete portaba una vela latina. La principal característica de esta carabela era su velocidad, hasta el punto que Colón, en su diario de a bordo hacía referencia a que en una noche había navegado a 15 nudos. Una milla de entonces equivale a 0,8 millas náuticas actuales por lo que su velocidad sería de unos 11 nudos, la misma que un carguero medio de la actualidad.
Tripulación 25 hombres

La Santa María, no era una carabela, en contra de lo que dice la tradición. Se trataba de una carraca (nao en el lenguaje náutico español de la época). Con sus tres palos era una carraca menor construida, al parecer, en Santander y propiedad de Juan de la Cosa. De acuerdo con las normas de estiba de entonces, la “Santa María” podía llevar una carga de 106 t de la época (51 t actuales). En el palo mayor aparejaba dos velas cuadradas: la mayor con una cruz roja en el centro y una vela de gavia. El trinquete portaba una sola vela cuadrada y el palo de mesana aparejaba una vela triangular latina. Del bauprés colgaba una vela de cebadera. La “Santa María” se perdió en aguas del Caribe durante el primer viaje.
Tripulación 39 hombres

Segundo viaje se realizó entre el 25 de septiembre de 1493 y el 11 de junio de 1496

Se realizó para explorar y colonizar los territorios a los que había llegado. En este viaje desembarca en la isla de Puerto Rico el 19 de noviembre. En su segundo viaje a la isla La Española, observó el eclipse lunar del 14 al 15 de septiembre de 1494, y comparando las horas del comienzo y fin del mismo con las registradas en las observaciones de Cádiz y Sao Vicente (Portugal) dedujo definitivamente la esfericidad de la Tierra ya descrita por Tolomeo.

Tercer viaje se realizó entre el 30 de mayo de 1498 y el 25 de noviembre de 1500

En este viaje parte desde Sanlúcar de Barrameda capitaneando seis barcos y llevando consigo a Bartolomé de Las Casas, quien después proporcionaría parte de las transcripciones de los Diarios de Colón.

La primera escala la realiza en la isla portuguesa de Porto Santo de donde procedía su mujer. De allí partió hacia Madeira y llegó el 31 de julio a la isla Trinidad. Desde el 4 de agosto al 12 de agosto el exploró el golfo de Paria el cual separa Trinidad de Venezuela. En su reconocimiento de la zona llegó hasta el río Orinoco, navegó por las islas de Chacachare y Margarita y renombró Tobago (Bella Forma) y Granada (Concepción). Inicialmente, describió las tierras como pertenecientes a un continente desconocido para los europeos, pero luego se retrajo y dijo que pertenecían a Asia.

El 19 de agosto retornó a La Española para encontrar que la mayoría de los españoles allí asentados estaban descontentos, al sentirse engañados por Colón sobre las riquezas que encontrarían. Colón intentó repetidas veces pactar con los sublevados, los taínos y los caribes. Algunos de los españoles que habían retornado se encargaron de acusar a Colón en la corte de mal gobierno. Los reyes enviaron a La Española al administrador real Francisco de Bobadilla en 1500, el cual a su llegada (23 de agosto) detuvo a Colón y a sus hermanos y los embarcó hacia España. Colón rehusó que se le quitaran los grilletes en todo su viaje a España, durante el cual escribió una larga carta a los Reyes Católicos.

Al llegar a España el recuperó su libertad, pero había perdido su prestigio y sus poderes.

Cuarto viaje se realizó entre el 11 de mayo de 1502 y el 7 de noviembre de 1504

Exploró las costas de los actuales Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, así como el golfo de Urabá en la actual Colombia. Desde el golfo de Urabá intentó retornar a la Hispaniola, pero una tormenta lo hizo desembarcar en Jamaica donde permaneció hasta 1504.

El 19 de mayo de 1506, un día antes de su muerte en Valladolid, Cristóbal Colón redacta su testamento ante Pedro de Inoxedo, escribano de cámara de los Reyes Católicos. Como testamentarios y cumplidores de su alma dejó a su hijo Diego Colón, a su hermano Bartolomé Colón y a Juan de Porras, tesorero de Vizcaya.

En ese documento aparece citado como Almirante, Virrey y Gobernador de las islas y tierra firme de las Indias descubiertas y por descubrir.

El testamento dice:

"Yo constituí a mi caro hijo don Diego por mi heredero de todos mis bienes e ofiçios que tengo de juro y heredad, de que hize en el mayorazgo, y non aviendo el hijo heredero varón, que herede mi hijo don Fernando por la mesma guisa, e non aviendo el hijo varón heredero, que herede don Bartolomé mi hermano por la misma guisa; e por la misma guisa si no tuviere hijo heredero varón, que herede otro mi hermano; que se entienda ansí de uno a otro el pariente más llegado a mi linia, y esto sea para siempre. E non herede mujer, salvo si non faltase non se fallar hombre; e si esto acaesçiese, sea la muger más allegada a mi linia."

De donde se entiende que tiene dos hijos, Diego y Fernando, siendo el heredero el primogénito, por supuesto, según la costumbre al uso. Cita otros hermanos después de Bartolomé, nombrando solo más tarde en el texto a su hermano Diego como perteneciente a la iglesia. No nombra en el texto ningún otro hermano.

Cita también en el testamento la poca cantidad (un cuento de maravedíes) que los Reyes Católicos pusieron para la empresa del descubrimiento, debiendo él mismo poner una cantidad para el viaje.

Cita también a doña Beatriz como la madre de Fernando, lo que atestigua que nunca se casaron, dejando dicho a su hijo Diego que nunca nada le faltare por razones que pesaban en su alma. Muere con unos 55 años el siguiente día.

Tras su muerte, se lleva a cabo en su cuerpo el proceso llamado descarnación, mediante el cual se quita toda la carne de los huesos. Se le enterró inicialmente en Valladolid y posteriormente fue trasladado al Monasterio de la Cartuja en Sevilla. Por deseo de su hijo Diego, vuelve a ser trasladado más tarde a Santo Domingo en 1542.

Tras la conquista de la isla de Santo Domingo en 1795 por los franceses, se trasladan sus restos a La Habana, y tras la guerra de la independencia de Cuba en 1898, se vuelven a trasladar a la Catedral de Sevilla, donde reposan en un suntuoso catafalco.