Escultismo
Para Muchachos
Capítulo 6
Resistencia de los
Scouts
Fogata 17
Como Hacerse Fuerte
Un Scout
estaba enfermo en un hospital de la India, de esa
enfermedad fatal llamada cólera. Los doctores
dijeron a los nativos que lo cuidaban que la única
esperanza de salvarlo era calentándole los pies y
conservando su sangre en circulación frotándole
constantemente el cuerpo.
No bien
hubo vuelto la espalda el doctor, cuando los nativos
dejaron de frotar al paciente y se pusieron a fumar
sin preocuparse por él.
El pobre
enfermo, aun cuando no podía hablar, se daba
perfecta cuenta de lo que pasaba y se encolerizó
tanto con la conducta de los nativos que resolvió
inmediatamente sanar, aunque no fuera más que para
dar una lección a los nativos. Habiéndose hecho el
propósito de aliviarse, se alivió. La divisa del
Scout es "Nunca darse por vencido hasta que
esté muerto"; si se actúa de acuerdo con ella,
nos sacará de muchos atolladeros cuando todo parezca
ir mal. Esto significa una mezcla de ánimo,
paciencia y fuerza y es lo que llamamos resistencia.
Un
ejemplo de resistencia
Un gran
cazador y Scout sudafricano, F. C. Selous, dio un
buen ejemplo de resistencia Scout, hace algunos
años, durante una expedición de caza en
Barotseland, al norte del río Zambeze.
En la
mitad de la noche, su campamento fue atacado por una
tribu hostil que, haciendo fuego a corta distancia se
lanzó a la carga. Él y su pequeño grupo de nativos
se dispersaron inmediatamente en la oscuridad yendo a
esconderse entre la maleza. Selous logró llevar
consigo un rifle y unos cuantos cartuchos,
consiguiendo escapar entre la maleza pero no pudo dar
con ninguno de sus hombres y, viendo que el enemigo
se había posesionado de su campamento y que todavía
quedaban algunas horas de oscuridad que le permitían
escapar, se alejó hacia el sur, guiándose por las
estrellas de la Cruz del Sur.
Pasó
arrastrándose por una avanzada enemiga a los que
oyó hablar, atravesó a nado el río y finalmente se
escapó, vestido tan sólo con camisa, pantalones
cortos y zapatos. Durante varios días con sus
noches, siguió caminando hacia el sur,
escondiéndose con frecuencia para evitar a los
nativos hostiles. Para alimentarse tuvo que matar
venados.
Los
animales saben hacer ejercicio para conservarse
fuertes.
Un
caballo, si se le deja solo, parece que salta
obstáculos sólo por el placer del deporte.
Pero una
noche, creyendo haber llegado a una villa amiga, le
robaron el rifle y tuvo nuevamente que huir, sin
armas con que defenderse o conseguir su alimento. Sin
embargo, como no era hombre que se amilanara
fácilmente, mientras alentaba algo de vida,
continuó hasta que, al fin, llegó a un lugar donde
encontró a una parte de sus hombres que habían
logrado también escapar. Después de haber caminado
algún tiempo más, llegaron por fin salvos, a país
amigo.¡Qué terrible experiencia habrá sido ésta
para ellos!
Tres
semanas transcurrieron desde el ataque al campamento
hasta que Selous pudo descansar en tierra amiga y la
mayor parte la pasó solo, perseguido, hambriento,
sufriendo un frío intenso durante la noche y un
calor insoportable durante el día.
Nadie
que no hubiera sido un Scout con extraordinaria
resistencia, habría sobrevivido; pero Selous era un
hombre que, de niño se habla fortalecido,
cuidándose y haciendo ejercicio. Y conservó su
ánimo todo el tiempo.
Esto
demuestra que, si se desea salir adelante de
aventuras como ésta y no ser un apocado ya de
hombre, debe uno adiestrarse desde niño y hacerse
-entonces- fuerte, sano y activo.
El
camino contrario a la resistencia
Un
hombre me decía recientemente, con orgullo, que
estaba enseñando resistencia a su hijo haciéndole
efectuar largas caminatas en bicicleta. Hube de
decirle que probablemente estaba haciendo todo lo
contrario; que el camino para hacer resistente al
muchacho, no era haciendo proezas, pues éstas, con
toda probabilidad, le dañarían el corazón y lo
perjudicarían; que lo que debía hacer era darle
alimentación sana y ejercicio moderado, para que
cuando llegara a hombre y sus músculos estuvieran
totalmente desarrollados, pudiera soportar trabajos y
esfuerzos en que otros hombres más débiles
fracasarían.
Los
ejercicios y su objeto
Se
cometen una serie de disparates en materia de
ejercicios físicos, ya que, multitud de personas
parecen pensar que el solo objeto de éstos es crear
músculos gigantescos. Pero, para hacerse fuerte y
sano, es necesario comenzar por dentro, haciendo que
la sangre circule bien y el corazón trabaje con
regularidad. Este es el secreto de todo y se logra
por medio del ejercicio en la forma siguiente.
a) HACED
QUE VUESTRO CORAZON SEA FUERTE, para que bombee
debidamente la sangre a todas las partes del cuerpo
y, de ésa manera, tendréis buenas carnes, huesos y
músculos.
Ejercicio.
La lucha y la "lucha de muñecas".
b) HACED
FUERTES VUESTROS PULMONES, para que provean de aire
fresco a vuestra sangre.
Ejercicio:
"Respiración profunda".
c) HACED
QUE VUESTRA PIEL TRANSPIRE, para libraros de las
impurezas de la sangre.
Ejercicio:
Bañarse o darse todos los días un frotamiento con
una toalla húmeda.
d) HACED
QUE VUESTRO ESTÓMAGO TRABAJE, para que alimente
vuestra sangre.
Ejercicio:
Del "Cono", "Doblar el Cuerpo" o
"Torcerse". Véanse las páginas
siguientes.
e) HACED
QUE VUESTRO INTESTINO SEA ACTIVO, para que expulse
todo el sobrante de los alimentos y la suciedad que
haya dentro del cuerpo.
Ejercicio:
"Doblar el Cuerpo" y "Sobar el
abdomen". Beber bastante agua pura. Desalojar el
intestino con regularidad todos los días.
f)
TRABAJAR LOS MÚSCULOS DE TODAS LAS PARTES DEL
CUERPO, para que la sangre llegue hasta ellas y, de
ésa manera, aumente vuestra fuerza.
Ejercicio:
Correr, andar y ejercicios especiales de determinados
músculos, tales como la "lucha de
muñecas", etc.
El
secreto para conservarse bien y sano es mantener la
sangre pura y activa. Estos ejercicios lo lograrán
si lo hacéis diariamente.
La
sangre prospera con la buena comida, con suficiente
ejercicio, con bastante aire puro, con la limpieza
exterior e interior del cuerpo y el descanso adecuado
del cuerpo y de la mente, a intervalos convenientes.
Seis
ejercicios para la salud
Es
posible para casi todo el mundo, aún para aquellas
personas pequeñas y débiles, convertirse en fuertes
y sanos, si se toman la molestia de hacer algunos
ejercicios corporales, todos los días. Sólo se
necesitan alrededor de unos diez minutos y no
requieren aparatos de ninguna clase.
Deberán
practicarse todas las mañanas inmediatamente
después de levantarse y todas las noches antes de
acostarse. Es mejor practicarlos con poca ropa o sin
ninguna y al aire libre, o cerca de una ventana
abierta. El valor de estos ejercicios aumenta
considerablemente si se piensa en el objeto de cada
movimiento mientras se ejecuta, teniendo cuidado de
aspirar el aire por la nariz y expirarlo por la boca.
He aquí algunos buenos ejercicios; fortalecen los
dedos de los pies si se ejecutar descalzo:
1. Para
la cabeza y el cuello, frótese la cabeza, la
cara y el cuello, firmemente, varias veces, con la
palma y los dedos de ambas manos y con los pulgares
frótense los músculos del cuello y de la garganta.
Cepíllese
el cabello, lávense los dientes, la boca y la nariz;
bébase un vaso de agua fría y enseguida procédase
a hacer los siguientes ejercicios.
Los
movimientos deberán ser lo más lentos que se pueda.
En el
grabado, la flecha primera significa aspirar por la
nariz y la flecha segunda, expeler por la boca.
2. Para
el pecho. De la posición de firmes dóblese el
cuerpo hacia adelante con los brazos estirados al
frente y con los dorsos de las manos juntos a la
altura de las rodillas. Expélase el aire.
Levántense
las manos lentamente sobre la cabeza, echándose
hacia atrás lo más que sea posible, aspirando
profundamente por la nariz mientras esto se hace, lo
cual significa llevar el aire de Dios a los pulmones
y la sangre. Bajad luego los brazos lentamente
dejándolos caer a los lados y expeliendo el aire por
la boca mientras se dice: "Gracias, Dios
mío".
Por
último, doblaos hacia el frente de nuevo, expeliendo
hasta la última partícula de aire que haya en
vosotros y diciendo el número de veces que hayáis
repetido el ejercicio, para llevar así la cuenta.
Repetid
el ejercicio doce veces. Recordad, al ejecutarlo, que
el objeto de este ejercicio es desarrollar vuestros
hombros, pecho, corazón y aparato respiratorio.
El
aspirar profundo es muy importante para llevar aire
fresco a los pulmones y de ahí a la sangre; y para
el desarrollo del pecho también es de suma
importancia; pero debe hacerse con cuidado y sin
sobrepasarse. Se ejecuta aspirando el aire por la
nariz hasta henchir vuestro abdomen lo más que sea
posible, especialmente la parte posterior; después
de una pausa, hay que expeler todo el aire hasta la
última partícula, pero gradualmente, muy despacio y
por la boca. Después de otra pausa repítase el
ejercicio.
El canto
desarrolla, simultáneamente, la respiración
adecuada, el corazón, pulmones, pecho y garganta,
además del sentimiento dramático que da expresión
a lo que se canta.
3. Para
el estómago. Estando en posición de firmes,
extended los brazos con los dedos hacia afuera y
luego, muy despacio y sin mover los pies, girad sobre
la cintura lo más que os sea posible, conservando
los brazos a la altura de los hombros o un poco más
altos. Después de una pausa, girad lentamente hacia
el otro lado. Repetidlo doce veces.
El
objeto de este ejercicio es mover los órganos
interiores tales como el hígado y los intestinos,
ayudando así a que trabajen; además sirve para dar
fuerza a los músculos exteriores alrededor de las
costillas y del estómago.
Hay que
regular la respiración con todo cuidado mientras se
ejecuta este ejercicio, aspirando por la nariz al
girar hacia la derecha y expeliendo el aire por la
boca al girar hacia la izquierda. Al mismo tiempo,
tomándolo como parte de vuestras oraciones
matutinas, decid en alta voz: Dios mío, bendecid a
mi padre, a mi madre, etc., recordando así a todos
los miembros de vuestra familia.
Cuando
lo hayas hecho seis veces respirando a la derecha,
entonces cambiad y hacedlo otras seis a la izquierda.
4. Para
el tronco. Ejercicio del "Cono".
Estando en posición de firmes, levantad ambas manos
tan alto como os sea posible sobre la cabeza y
enlazad vuestros dedos. Entonces echaos hacia atrás
y moved los brazos muy despacio tratando de describir
un cono, de tal manera que vuestras manos describen
un amplio círculo arriba y alrededor de nuestro
cuerpo, el cual deberá girar alrededor de la
cintura, inclinándose primero de un lado, después
hacia el frente, luego hacia el otro lado y por
último hacia atrás. Con esto se ejercitan los
músculos de la cintura y del estómago.Repetidlo
seis veces de cada lado. Con los ojos deberéis
tratar de ver lo que pasa a vuestra espalda.
El
significado que deberéis dar a este ejercicio es el
siguiente: Las manos con los dedos entrelazados
significan el enlace que tenéis con vuestros amigos,
es decir, con otros Scouts, que os rodean a la
derecha, a la izquierda, detrás, delante y por todas
partes. En todas direcciones tenéis amigos. El amor
y la amistad son dones de Dios; por tanto, al hacer
el movimiento hacia arriba, mirad al cielo y aspirad
el aire y con él los buenos sentimientos que
después debéis demostrar con vuestros camaradas que
os rodean.
5. Para
la parte inferior del cuerpo y la parte posterior de
las piernas. Como todos los demás ejercicios, es
éste un ejercicio de respiración, por medio del
cual se desarrollan los pulmones y el corazón,
creando sangre fuerte y sana. En posición de firmes,
levantad los brazos hacia arriba y hacia atrás lo
más que os sea posible y luego doblaos hacia
adelante hasta tocar los pies con la punta de los
dedos, pero sin doblar las rodillas.
Después,
colocaos con los pies un poco separados y las manos
con los dedos entrelazados sobre la nuca, echándose
hacia atrás lo más que podáis y mirando hacia el
cielo, como en la figura.
Si
mezcláis vuestra oración con vuestro ejercicio,
como os lo he descrito antes, podéis, mientras
miráis hacia arriba, decir a Dios: "Soy vuestro
de pies a cabeza" y aspirar el aire de Dios por
la nariz (no por la boca). Enseguida, extender
vuestros brazos hacia arriba cuanto podáis, expira
el número de veces que hayáis hecho este ejercicio
y doblaos lentamente hacia adelante y hacia abajo,
con las rodillas rígidas, hasta tocaros los pies con
las puntas de los dedos.
(Estirad
los músculos de la espalda en el movimiento hacia
abajo).
Entonces,
conservando sin doblar los brazos y las rodillas,
levantad lentamente el cuerpo hasta ponerse en la
posición original; repetid el ejercicio doce veces.
El
objeto de este ejercicio no es tocarse los pies sino
dar masaje al estómago. Si encontráis que no os es
posible tocaros los pies, no os forcéis y,
especialmente, no os sacudáis tratando de hacerlo,
ni hagáis que otra persona os ayude a ello. El valor
del ejercicio está en doblar y estirar el estómago
alternativamente.
6. Para
las piernas, los pies y sus dedos. En la
posición de firmes, descalzos, poned vuestras manos
sobre las caderas y levantaos sobre las puntas de los
pies, doblad las rodillas lentamente hasta que
quedéis sentados en cuclillas, teniendo cuidado de
conservar los talones despegados del suelo todo el
tiempo.Luego levantaos despacio, hasta quedar en la
posición original.
Repetid
el ejercicio doce Veces.
Los
músculos de la espalda deben plegarse, el aire
aspirarse por la nariz al levantar el cuerpo y
expelerlo por la boca conforme va uno bajando. El
peso del cuerpo debe concentrarse todo el tiempo
sobre las puntas de los pies y las rodillas vueltas
hacia afuera, para que eso os ayude a conservar el
equilibrio con mayor facilidad. Al ejecutar este
ejercicio, debéis recordar que su objeto es dar
fuerza a los muslos, pantorrillas y nervios de los
dedos de los pies, a la vez que ejercitar el
estómago; por tanto, si lo practicáis varias veces
durante el día en los momentos libres tanto mejor.
Y
podéis pensar durante este ejercicio, ya que a ratos
estaréis de pie y a ratos en cuclillas, que parados
o sentados, trabajando o descansando, debéis
manteneros alerta para cumplir con vuestro deber.
Estos
ejercicios no son un mero pasatiempo; son en realidad
algo útil para ayudar al individuo a crecer bien y
ser fuerte.
Trepar
a los árboles es un gran ejercicio.
Amarrad
una cuerda gruesa a una rama fuerte y ensayad varias
formas de trepar por ella.
Trepar
A todo
muchacho le gusta trepar y si es constante en ello y
llega a ser apto, podrá hacerlo siempre que quiera.
La mayor
parte de los grandes alpinistas comenzaron cuando
niños trepando por cuerdas, palos y árboles.
Después de eso, mucho después, ya que si no tenéis
mucha práctica y músculos fuertes tendréis que
asistir a un entierro como el protagonista principal,
podréis ascender a una roca y más tarde a una
montaña.
Es un
deporte delicioso, en el que abundan las aventuras,
pero se necesitan músculos fuertes, resolución,
determinación y resistencia. Todo lo cual se
adquiere con la práctica.
Es muy
importante en la ascensión de las montañas poder
conservar el equilibrio y colocar los pies con
agilidad y rapidez donde se desea. Para esto no hay
nada como el juego de "Caminar sobre un
tablón" haciéndolo sobre el canto de éste; o
"Brincando piedras" colocadas éstas sobre
el suelo a diferentes ángulos y distancias unas de
otras.
Cuando
era joven me gustaba el baile folklórico movido. Con
ello divertía al público en las fiestas del
regimiento y a la vez me proporcionaba magnífico
ejercicio. Pero no fue sino más tarde, cuando tuve
que realizar algunas actividades Scouts en servicio
contra los matabeles, en Sudáfrica, cuando vine a
darme cuenta del valor que había tenido para mí.
He
aquí un gimnasio doméstico construido con palos
fuertes amarrados con cuerdas.
No
está hecho para determinado ejercicio; cada cual
inventa lo que ha de hacer.
Había
ascendido hasta sus fortalezas en las montañas
Matoppo y fui descubierto por ellos. Tuve que huir,
corriendo, para salvarme. Su gran deseo era tomarme
VIVO, pues deseaban darme un tratamiento especial en
materia de ejecución y no un simple tiro en la nuca.
Tenían destinada para mí una forma no muy
placentera de tortura. Por tanto, cuando corrí, lo
hice a conciencia.
La
montaña estaba formada en su mayor parte por grandes
rocas de granito, colocadas unas sobre otras. Mi
carrera consistía, pues, principalmente, en brincar
de una roca a otra; y así fue como el arte de
guardar el equilibrio, que había yo adquirido en el
baile, me fue tan útil. Conforme huía montaña
abajo, pude darme cuenta que aventajaba a mis
perseguidores con facilidad. Como ellos provenían de
las planicies, no sabían mucho de trotar entre las
rocas y les fue muy laborioso el deslizarse y gatear
por entre ellas detrás de mí. Escapé y con la
confianza adquirida, después hice, con éxito,
muchas otras visitas a las montañas.
Mi
adiestramiento en las danzas folclóricas me fue de
gran utilidad para escapar de los matabeles.
Nariz
Un Scout
deberá olfatear bien para poder dar con un enemigo
en la noche. Si está acostumbrado a respirar por la
nariz y no por la boca, eso le ayudará
considerablemente. Pero hay otras razones más
importantes que ésta para respirar siempre por la
nariz. Un norteamericano escribió un libro titulado:
Shut your mouth and save your life y mostró
cómo los Pieles Rojas adoptaron por mucho tiempo ese
método con sus hijos, a tal grado, que les amarraban
las quijadas por la noche para estar seguros de que
respiraban por la nariz solamente.
Respirar
por la nariz evita el que muchos gérmenes de los que
hay en el aire se introduzcan en los pulmones y la
garganta.
Para un
Scout, respirar por la nariz es especialmente útil.
Cuidando de tener cerrada la boca, evita tener sed
cuando ejecuta algún trabajo rudo. También, por la
noche, el respirar por la nariz evita roncar, cosa
muy peligrosa cuando se duerme en terreno enemigo.
Por tanto, practica el tener siempre cerrada la boca
y respirar por la nariz.
Oídos
Un Scout
debe ser capaz de oír bien. Generalmente, los oídos
son muy delicados y si sufren algún daño alguna
vez, éste puede causar sordera incurable.
La gente
con frecuencia juega con sus oídos, al limpiarlos,
introduciendo en ellos las puntas de los pañuelos,
horquillas y otras cosas por el estilo o
rellenándolos con algodón. Todo esto es peligroso,
ya que el tímpano es una membrana tensa muy
sensible, que puede ser dañada con gran facilidad.
Muchos niños han sufrido daños permanentes del
tímpano por haber recibido algún puñetazo sobre
los oídos.
Ojos
Un
Scout, por supuesto, debe tener vista particularmente
buena y ser capaz de ver a gran distancia. La
práctica de ver a grandes distancias fortalece la
vista. Mientras sois jóvenes, debéis cuidar
vuestros ojos lo más que os sea posible. Evitad leer
con poca luz y sentaos con la luz de lado cuando
hagáis algún trabajo de día. Si os sentáis de
frente a la luz, forzaréis vuestra vista.
Forzar
la vista es muy común entre los muchachos que están
creciendo, aunque, con frecuencia, no lo saben. Los
dolores de cabeza casi siempre provienen de forzar la
vista. Si el muchacho frunce el ceño, en general, es
señal de que está forzando la vista.
Un
Scout, además de tener buena vista, debe poder decir
el color de las cosas que ve. El daltonismo es uno de
los grandes males que aquejan a los muchachos. Les
quita un placer y los incapacita, casi totalmente,
para ciertos oficios y profesiones. Por ejemplo, el
encargado de las señales en un ferrocarril, o el
maquinista, o el marino, no serán de utilidad si no
pueden distinguir el rojo del verde.
Algunas
veces, este mal puede curarse. Una manera de hacerlo
es: formar una colección de pequeños trozos de
madera o papel de diferentes colores y escoger entre
ellos los que creáis son rojos, azules, amarillos
verdes, etc., y que alguien os diga cuáles son
realmente del color que decís y cuáles no. Ensayad
una y otra vez, y con el tiempo iréis mejorando
hasta que lleguéis a reconocer los colores sin
dificultad.
Dientes
Un
recluta en perspectiva llegó a una oficina de
reclutamiento del ejército y se dirigió al oficial
encargado de las inscripciones. Se le encontró
suficientemente fuerte y bien constituido, pero
cuando los doctores le examinaron los dientes, se los
hallaron en malas condiciones y se le dijo que no se
le podía admitir como soldado, a lo que él
replicó: "Señor esto me parece extraño, pues
no creo que tendremos que comernos a los enemigos
después de matarlos. ¿No es así?"
Tener
buenos dientes depende del cuidado que se haya tenido
con ellos cuando niño, por lo que hay que tenerlos
siempre escrupulosamente limpios. Cepilladlos por lo
menos dos veces al día, al levantaros y al
acostaros, por encima y por detrás, con un cepillo y
polvo o pasta especial y enjuagadlos con agua limpia,
si es posible, después de cada comida.
Los
Scouts en la selva no siempre tienen a mano un
cepillo de dientes, pero pueden fabricar sus propios
sustitutos con varitas secas, desfibrándolas por una
de sus extremidades.
El
bosquimano fabrica un cepillo de dientes sencillo,
desfibrando
la punta de una vara seca de quince centímetros de
largo.
Uñas
Los
soldados, lo mismo que otras muchas personas, sufren
con frecuencia dolores y cojera a causa del
crecimiento de la uña del dedo gordo del pie que se
incrusta en el dedo de al lado. Generalmente; la
causa de esto es dejar que esta uña crezca demasiado
y que la presión de la bota la obligue a irse de
lado, sobre el dedo contiguo; por tanto, todo Scout
cuida mucho de cortarse las uñas con frecuencia, por
lo menos cada semana o cada diez días.
Las
uñas deben cortarse derechas y no redondas y hacerlo
con tijeras filosas. Las uñas de los dedos de las
manos deben cortarse cada semana, para conservarlas
en orden. Morderse las uñas es perjudicial para
éstas.
PRÁCTICAS
DE HIGIENE POR PATRULLA
Los
ejemplos enseñan mucho, no sólo las acciones
personales de los Guías, sino también el ejemplo de
dejar la ventana abierta cuando se efectúa la
reunión y las puertas de la tienda cuando se está
en campamento.
* * *
La
higiene puede enseñarse mejor en el campamento,
donde hay suficiente tiempo y oportunidad de prestar
atención minuciosa a la limpieza y a los buenos
hábitos.
* * *
En el
campamento hay que tener presente la importancia del
descanso y el sueño profundo prolongado. Debe darse
una hora de descanso después de la comida principal.
* * *
Enseñad
los seis ejercicios dados en la Fogata, pero no
militarmente, y estimulad a los Scouts a que los
practiquen a diario.
* * *
Dad a
cada Scout una tarjeta en la que lleve un registro de
sus medidas y haced arreglos para que éstas les sean
tomadas cada tres meses.
JUEGOS
PARA EL DESARROLLO DE LA FUERZA
El
boxeo, la lucha, remar, nadar, saltar y peleas de
gallos, son ayudas valiosas para la salud en el
desarrollo de la fuerza, pero escalar montañas es la
mejor de todas,
Luchas
de muñecas
De pie,
colocad vuestros brazos hacia delante a la altura de
la cintura, con las muñecas cruzadas de manera que
una de vuestras manos quede con los nudillos hacia
arriba Y la otra con éstos hacia abajo; en esa
posición trabad vuestros dedos.
Enseguida
haced presión con la mano de abajo hacia arriba y
con la de arriba hacia abajo
Haced
presión gradualmente tanto cuanto podáis con ambas
manos y solamente después de haber resistido
bastante, dejad que la mano de abajo empuje a la de
arriba hasta llegar a la altura de vuestra frente y
entonces haced que la de arriba empuje a la de abajo,
la que no dejará de hacer resistencia todo el
tiempo.
Estos
dos ejercicios, aun cuando Parecen muy pequeños y
sencillos llevados; cabo con toda vuestra fuerza,
desarrollan un buen número de los músculos de
vuestro cuerpo. No deberán prolongarse por largo
tiempo, sino, más bien, hacerse frecuentemente
durante el día, por un minuto más o menos.
Lanzar
el bordón al aire
Tomad
vuestro bordón con la mano derecha, cerca del
regatón, perpendicular mente y lanzadlo al aire, no
muy alto al principio, cogiéndolo cerca del
regatón, a caer de nuevo, con la mano izquierda.
Lanzadlo ahora con esa misma mano y recibidlo con la
derecha y así sucesivamente hasta que lo podáis
lanzar cien veces sin dejarlo caer una sola.
Seguid
al guía
El Guía
va delante haciendo algunos ejercicios y los demás
le siguen, imitándole
La
lucha
Dos
jugadores se colocan uno frente al otro, como a un
metro de distancia con los brazos extendidos hacia
los lados, y los dedos de las manos entrelazados
inclinándose el uno hacia el otro hasta quedar pecho
contra pecho y tratan de ver quién logra empujar al
otro, con el pecho, hasta la pared del cuarto o hasta
alguna otra meta señalada.
Lucha
de muñecas entre dos muchachos
Dos
muchachos se colocan el uno frente al otro con los
brazos estirados y, apoyando las manos en las del
contrario, se hace presión tratando de hacerlo girar
hacia atrás.
El
empujarse con los pies da vigor a los músculos de
las piernas.