David Livingstone
El gran explorador y
misionero escocés
David
Livingstone nació en la pequeña villa de Blantyre
Works en Glasgow (Escocia) el 19 de marzo de 1813. A
los 10 años tuvo que trabajar en una hilandería del
algodón en la jornada habitual, de 6 de la mañana a
8 de la noche. A pesard e eso el pequeño David se
las ingenió para que sus horas de trabajo sean
tambien horas de estudio. Colocaba los libros sobr el
telar y aprovechando cualquier ocasión leía cuanto
libro podía. Aí aprendió latín y griego.
En su
casa continuaba estudiando. Luego cursó las carreras
de medicina y teología en Glasgow. En 1838 (cuando
tenía 28 años de edad) ingresó en la Sociedad de
Misioneros de Londres con el deseo de trasladarse a
China, pero al no poder realizar su propósito a
causa de la guerra del opio que azotaba el país, en
diciembre de 1840 fue destinado a las Misiones de
África, al territorio de la tribu bantú de los
bechuana, en Bechuanalandia, (actual Botswana) a
donde llegó en julio de 1841.
En 1844 contrajo matrimonio con Mary Moffat, hija del
misionero Robert Moffat quien dirigía en uruman la
misión donde estaba asentado David. Su esposa
permaneció junto a su marido algunos años en
África antes de regresar a Inglaterra con los hijos
habidos en el matrimonio.
En esa época el territorio africano era considerado
una espesa selva, una murrala infanqueable para el
hombre occidental, un mondo extraño, inmovil, virgen
pero inmensamente vivo.
Después
de recorrer durante ocho años la región ejerciendo
su actividad misionera, se adentró en el desierto de
Kalahari y descubrió en 1849 el lago Ngami y el río
Zambeze. En esos años igualq ue en su niñez
trabajaba hasta que la vela que usaba para alumbrarse
se consumía, así después de cada agotadora jornada
de viaje llenaba escrito tras escrito con sus
preciosas anotaciones.
Livingstone
no solo predicaba el evangelio alos nativos, sino que
además como médico curaba sus enfermedades y les
enseñaba hábitos de higiene. Su esposa Mary fue su
gran colaboradora: ella enseñaba a leer a las
mujeres y las asistía en un dispensario. Así la
pareja se ganó el respeto, admiración y lealtad de
los nativos, logrando amistades que perduraron toda
su vida.
Entre
los años 1852 y 1856 inicia un viaje desde el
océano Atlántico hasta el Índico descubriendo en
1855 las cascadas del Zambeze, a las que dio el
nombre de cataratas Victoria en honor de la reina de
Inglaterra. Livingstone se propuso abrir rutas en
África para facilitar la labor misionera y la
actividad comercial, considerando para ello la
importancia de la navegabilidad del río Zambeze.
Viajó a Inglaterra en busca de ayuda para su
proyecto y para editar un libro acerca de sus
expediciones, al tiempo que dimitía de la sociedad
misionera a la que había pertenecido hasta entonces.
En Inglaterra fue recibido con grandes honoresy antes
de regresar a sudáfrica se le nombró Consul Ingles.
Entre
1858 y 1863 exploró profundamente la zona
comprendida entre el lago Nyassa y el Zambeze, pero
descubrió que desde los rápidos de Kabrabasa el
río se hacía absolutamente innavegable, debido a
una serie de cataratas y rápidos en cuya
exploración ya había fracasado en su anterior
viaje. La expedición resultó un fracaso y en ella
murieron la mayoría de los acompañantes
occidentales de Livingstone, entre ellos su hermano
Charles y su esposa Mary, quien falleció el 29 de
abril de 1863 de disentería. De regreso a Inglaterra
en 1864, la expedición al Zambeze fue duramente
criticada por los periódicos, lo que provocó que
Livingstone tuviera grandes dificultades para
conseguir más fondos para continuar con la
exploración de África.
David
Livingstone viajó a la India y asu regreso partió
para su tercera y última expedición al África.
En
1866, David Livingstone, explorador, doctor en
medicina y misionero inglés regresa a Zanzíbar
(actualmente perteneciente a Tanzania). La Royal
Geographical Society británica, le había encargado
a través de su influyente presidente Sir Roderick
Murchison, un nuevo viaje a Africa, sería el
tercero, y el último. Debía resolver de una vez la
disputa que años antes Burton y Speke habían
protagonizado, fijando de una manera definitiva las
fuentes del Nilo; para ello Livingstone, decidió
explorar el Lago Nyassa y averiguar si algún río lo
conectaba con el Lago Victoria. Además, debía
investigar la estructura de las cuencas de los
grandes ríos centroafricanos, y por último
descubrir las fuentes del Río Congo y a ser posible,
remontarlo hasta su desembocadura. Su equipo contaba
con algunois fusiles de caza, tres carabinas, cajas
de bizcocho, té, café, azucar, dos cajas de ropa,
medicamentos, dos brújulas, un cronómetro, un
largavistas, las tablas de logaritmos de Thompson, un
almanaque náutico, un grueso libro de anotaciones y
grandes hojas de papel para sus planos, todo guardado
en cajas metálicas resistentes a la humedad.
Una
vez más sería el único hombre blanco de la
expedición. En Abril de 1966, Livingstone llega a la
desembocadura del río Ruvuma, en el Indico, y
remontando su curso alcanza el lago Nyassa (en
Malawi), que ya descubriera en una expedición
anterior en 1859. En los primeros cinco meses la
expedición se ve envuelta en múltiples deserciones
y robos de material. Los desertores se llevaron las
medicinas y los animales de carga y llevaron a la
costa la noticia de la muerte de Livingstone a manos
de tribus africanas hostiles. Livingstone se quedó
sólo con 11 hombres además de sus dos fieles
antiguos compañeros africanos, Susi y Chamah.
A pesar de ello y durante los años siguientes,
Livingstone alcanza en 1867 la zona más meridional
del Lago Tanganika, en 1868 los Lagos Mweru y
Bangweulu. Toda esta zona había sido devastada por
los traficantes de esclavos árabes y las tribus
indígenas confundieron en más de una ocasión a
Livingstone con uno de ellos, atacándole. Era
preciso un gran valor para presentarse a los nativos
que solo relacionaban al hombre blanco con los
grilletes y el látigo.
En
1869, hacia el Norte sigue la orilla occidental del
Lago Tanganika y muy enfermo llega a Ujiji, uno de
los puntos claves del comercio de marfil y de
esclavos. Recuperado, pasó los siguientes dos años
explorando el rio Congo.
En Marzo en 1871, alcanza el punto más al Noroeste
que jamás ningún hombre blanco había alcanzado,
Nyangwe, el punto donde el rio Lualaba desemboca en
el Rio Congo. Una vez más enfermo, decide regresar a
Ujiji, y recoger suministros y correo que desde la
costa esperaba encontrar allí. En el viaje de vuelta
rodeando la zona norte del lago Tanganika es atacado
por tribus nativas y herido en la parte alta de la
espalda por una lanza.
Sin embargo desde 1866, casi desde el inicio dela
expedición, el mundo occidental había perdido toda
noticia sobre Livingstone. Era tanta la expectativa
que el periódico New York Herald organizó una
expedición de socorro que fue confiada a Henry Morton Stanley,
norteamericano nacido en Gales.
En tanto Livingstone llega a Ujiji, desencantado y
muy enfermo, con pérdida de sangre, fiebres,
padeciendo de disentería, fuertes dolores en los
pies y una desnutrición avanzada. Los suministros y
el correo habían sido saqueados por los traficantes
de esclavos árabes. En Octubre de 1871, cuando todo
parecía perdido, su amigo y asistente africano Susi
se acercó corriendo a la choza de Livingstone
gritando : ¡Un inglés!, era Stanley quien se
acercó a empujones entre los nativos y pronunció
una delas frases mas conocidsa en la historia de la
historia de la exploración: "¿el
Doctor Livingstone, supongo?".
El famoso encuentro entre Livingstone y Stanley
Stanley
permaneció junto a Livingstone 5 meses cuidándole e
intentando convencerle para que regresara. Ambos
hombres exploraron el norte del Lago Tanganika, en su
afán por continuar la búsqueda de las Fuentes del
Nilo. Sólo descubrieron que el rio Ruzizi
desembocaba en el Lago Tanganika pero no partía de
él.
En Marzo de 1872, Livingstone y Stanley se despiden
en Unyanyembe, no se volverían a ver. Stanley
llevaba todos los apuntes, escritos y mapas de
Livingstone que le cedió emn agradecimiento por su
apoyo y como un modo de preservar sus
investigaciones. Stanley se convertiría a la poste
en el gran continuador de sus expediciones.
Stanley regresó a Zanzíbar, desde donde envió a
Livingstone hombres y suministros. Por su parte
Livingstone volvió a la orilla oriental del Lago
Tanganika y comenzó a descender hacia el Sur. De
nuevo las penurias físicas se ensañaron con
Livingstone, Susi y Chamah, sus fieles sirvientes
africanos tuvieron que llevarle a hombros en varias
ocasiones. Llegando al Lago Bangweulu, la estación
de la lluvias convierte el camino en un pantano
impracticable.
"No puedo realizar observaciones a
causa de mi debilidad. Casi no puedo sostener el
lápiz", escribió Livingstone. Sin
embargo siguió avanzando.
En un pequeño
poblado, Chitambo, se detuvieron. El 1° de Mayo de
1873, sus amigos africanos encontraron a Livingstone
muerto junto a su lecho dentro de la cabaña que
habían construido para él. Estaba de rodillas, como
si estuviera rezando.
Sus últimos pensamientos fueron en contra de la
esclavitud que había podido ver desde muy cerca:
"Desde mi soledad todo lo que puedo
decir es: Ojalá la misericordia del cielo caiga
sobre cualquier americano, inglés o turco para así
erradicar esta lacra del mundo".
Pero los viajes de Livingstone no habían acabado.
Susí y Chumah, pensaron que su deber era devolver el
cuerpo de su maestro a la costa para que pudiera
reposar en su patria. Extrajeron las entrañas del
cuerpo de Livingstone y las enterraron al pie de un
árbol Mulva, donde erigieron un modesto túmulo de
madera, rellenaron el cuerpo de sal y expusieron el
cadáver al sol durante dos semanas, después lo
envolvieron en una tela y lo rodearon de corteza de
árbol, entonces emprendieron el camino hacia la
costa. Después de un penoso viaje de ocho meses,
pudieron entregar los restos del explorador escocés
al cónsul británico en Bagamoyo que los envió a
Gran Bretaña.
Susi, Chamah y los demás fueron despedidos
amablemente comunicándoles que lamentablemente el
gobierno de Su Majestad, no podía pagarles ni
siquiera un pasaje de vuelta a Zanzíbar.
En Londres se dudó de la autenticidad de los restos
mortales, pero un examen forense despejó las dudas
al comprobar lesiones en el brazo izquierdo, debidas
a un ataque de un león en 1843. La Royal
Geographical Society expuso el ataud en su sala de
mapas.
El 18 de Abril de 1874, se decretó luto nacional en
Gran Bretaña, y el cuerpo de Livingstone fue
enterrado en la Abadía de Westminster en Londres
entre una abarrotada multitud que le despidió como a
un héroe.
Livingstone
nos dejó un legado no solo de aventura,
exploración, superación personal, sino además de
vida dedicada al amor al prójimo. En una época en
que la esclavitud era algo aun natural el escribió
"¡Dios mío! ¡Cómo es posible que
existan seres que traten así a esta pobre gente!
¡Oh! ¡No hagas que me avergüence de ser hombre!".
Su
vida y su ejemplo, se resúmen en estra frase suya:
"Cuando
aprendas a reír y a llorar con la alegría y
la pena ajena, sólo entonces pudes llamarte
hombre".
Estatua de Livingstone