Mis Aventuras como Espía
Por Lord Baden-Powell de Gilwell

Capítulo II

LOS PLANES DE INVASIÓN ALEMANES

   Para entrar en contacto con esta gente, fui informado de uno de los planes pretendidos por el cual los alemanes se proponían invadir nuestro país y accidentalmente arrojó cierta luz a sus métodos presentes sobre el trato con los habitantes como algo aparte de los movimientos tácticos de las tropas.
   La idea alemana entonces -como hace 6 años - era que podían, en cualquier momento, por medio de minas y submarinos, bloquear el tráfico en el canal inglés en un muy reducido tiempo, manteniendo así nuestras flotas en sus estaciones en Spithead Portland.
   Con el estrecho de Dover bloqueado, ellos podrían tornar por asalto una flota de transportes a través del Mar del Norte, desde Alemania hacia la costa este de Inglaterra, al igual que Anglia oriental o, como en este plan, en Yorkshire, Ellos tenían en Alemania 9 estaciones de embarque, con muelles y plataformas ya hechas, y garrabas de acero para sus propósitos de desembarque o para una travesía actual del océano en caso de buena mar.
   Ellos habían tornado el promedio de clima de los últimos años llegaron a la conclusión de que el 13 de julio es, en promedio, el mejor día del año: pero su tentativa habría sido fijada, de ser posible para caer en un día de descanso bancario, cuando las comunicaciones estuvieran temporalmente desorganizadas. Por tanto, el más cercano descanso bancario, estando a 13 de julio, a principios de agosto; fue una coincidencia que la guerra estallara ese día.

 Los espías estacionados en Inglaterra fueron a cortar toda línea telefónica y telegráfica y, donde fuera posible, volar puentes de importancia y túneles, para interrumpir comunicaciones y crear confusión. Su idea de desembarco en las costas de Yorkshire se basaba en las siguientes razones:
   Ellos no vieron estratégicamente a Londres como la capital de Inglaterra, sino más sobre los grandes centros industriales de la región centro - norte, donde, en lugar de 6 millones, hay cerca de 14 millones de personas reunidas en las numerosas ciudades y poblados que ahora son colindantes una de la otra en esa parte del país. Su teoría era que si ellos pudieran atacar con un ejército de hasta 90 mil hombres a través de Leeds, Sheffield, Halifax, Manchester y Liverpool sin encontrar mucha oposición en las primeras horas, ellos podrían establecerse ahí con tal fuerza que se requeriría de un poderoso ejército para repelerlos.
   Trayendo pobres provisiones con ellos y tomando todas las provisiones locales, ellos tendrían lo suficiente para sostenerse por un tiempo considerable, y el primer paso de su ocupación consistiría en expeler a cada habitante -hombre, mujer y niño - del entorno y destruir las ciudades. As¡ en pocas horas, algunos de los 14 millones de personas estarían hambrientas y vagando sin refugio sobre la cara del país -un desastre que requeriría de una gran fuerza para tratar con ella, lo cual causaría una ruptura entera en nuestros abastecimientos de comida y, negocios en el país.
   La costa oriental de Yorkshire entre el Humbre y Scarborough se presta asimismo para la aventura, proveyendo una buena playa abierta por millas, con el país abierto por su frente que en su vuelta, es protegido por un semicírculo de landas, que podrían fácilmente albergar a la fuerza de ocupación germana. Su izquierda seria protegida por el Humber y la derecha por el Tees, para que as¡ el desembarco pudiera transcurrir sin interrupción.
   Éste era su plan -basado en la cuidadosa investigación de un pequeño ejército de espías - hace unos cinco o seis años, antes de que nuestras bases navales fuesen establecidas en el norte. Si ellos hubieran declarado la guerra entonces, no habrían tenido serias interferencias de nuestra armada durante la travesía de su transporte que, por supuesto, estarían protegidas en ese flanco por su flota entera de barcos de guerra.

 A primera vista, parecería muy fantasioso un plan encomendado enteramente a la suposición, pero en el discurrir acerca de él por los oficiales alemanes, encontré que le creían como una propuesta práctica. Ellos ampliaron la idea del uso que deberían dar a la población civil y anunciaron su brutalidad explicando que cuando estallara la guerra, ésta no sería hecha con mano ligera. El sentido de sus palabras sería mostrado a la gente por el fusilamiento de civiles en caso de que fuera necesario, para así probar que ellos iban en serio y forzar a los habitantes a través del terror a cumplir sus requerimientos.
   Investigaciones posteriores en el tema proveyeron que los arreglos de embarcación estaban todos planeados y preparados. En cualquier tiempo, por la vía comercial ordinaria, había un gran número de largos vapores-correos siempre disponibles en sus puertos para transportarlos, incluso superiores en exceso a esos que se habrían acordado para tal expedición. Tropas podrían ser movilizadas en el área de los puertos, ostensiblemente para maniobras, sin despertar sospecha alguna.
   Está en los libros de estrategia alemanes que el tiempo para hacer la guerra no es cuando tienes una causa política para ello, sino cuando tus tropas están listas y las del enemigo no; y que dar el primer golpe es la mejor manera de declarar la guerra.
   He relatado todo esto en el tiempo en una lectura privada a oficiales, ilustrándola con proyecciones y mapas, como un problema militar en el que sería interesante trabajar en el estado actual, y no lo fue realmente hasta el reporte de esta imagen en los papeles que me di cuenta cuán cerca estuve de "tocar el punto". Pero, aparte de las varias cuestiones indignantes con que el secretario de estado de guerra fue acosado en la cámara de los comunes por mi cuenta, fue cometido con cartas desde Alemania desde vanos puntos con el más violento abuso, alto y bajo, que me mostró que mis sospechas me habían acercado a la verdad.
   "Usted es un papel de estraza, general" dijo alguien, "y si piensa que por sus necias pláticas nos va a asustar del porvenir, no está en lo correcto".

ESPÍAS DE CAMPO

   Es difícil decir dónde termina el trabajo de un espía en la guerra, dónde empieza el de un explorador. A excepción de esto, como regla, lo primero es ir disfrazado, el explorador es visto corno un valiente y sus recursos por obtener información muy bien pensados, mientras él permanezca en uniforme. Si él va un poco más allá y descubre que puede obtener información si se disfraza -incluso conociendo el gran riesgo de ser fusilado si es descubierto - entonces se le busca de arriba abajo como a un "despreciable espía". Esto, yo no lo encuentro justo. Un buen espía -sin importar a que país sirve - es por necesidad un valiente y valioso compañero. En nuestra armada no utilizamos mucho a los espías de campo en el servicio; a pesar de su uso parcial en maniobras, han mostrado lo que pueden hacer.
   En Guía para la Exploración he escrito: "En el asunto del espionaje estamos detrás de otras naciones. El espionaje, en realidad, es reconocimiento yendo disfrazado. Sus efectos son de tan largo alcance que muchas naciones para detener el espionaje enemigo, le tratan con la muerte si lo capturan".
   Como una parte esencial del Escultismo, he escrito un capítulo de puntos sobre cómo espiar y cómo atrapar a otros espiando.

CAPTURANDO A UN ESPÍA

   El capturar espías fue alguna vez uno de mis deberes, y es tal vez, la mejor forma de educación a través del espionaje exitoso. He sido muy afortunado en descubrir a tres y fui felicitado por uno de los oficiales de mayor rango del personal del comandante en jefe. Nosotros regresábamos a casa juntos desde una gran parada al tiempo que el estaba hablando acerca de ello, y remarcó: "¿Cómo lograste capturar a un espía?". Le dije de nuestros métodos y añadí que también la suerte venía en mi ayuda.
   Justo enfrente de nosotros - en la multitud de vehículos retornando desde el campo de la parada, había un auto de alquiler Victoria en el cual había un caballero de aspecto extranjero, Me di cuenta que era el tipo de hombre al cual debía mantener a la vista, tranquilamente le seguí hasta sabor dónde se escondía y, le coloqué un detective para reportar sus movimientos.

   Desde muestra posición a caballo, cercana tras de él. Pudimos ver que nuestro extranjero estaba leyendo una guía y un mapa de las fortificaciones a través de las cuales pasábamos. De repente le dijo a su chofer que se detuviera un momento mientras encendía un cerillo para cigarro El conductor so detuvo y nosotros también.
   El extraño miró hacia arriba para ver que él no estaba siendo observado, y rápidamente deslizó una cámara desde debajo del tapete que se encontraba en el asiento frente a él y apuntándolo hacia la entrada de una nueva tienda de municiones que acababan de ser hechas para nuestra armada él le tomo una foto. Entonces apresuradamente volvió a cubrir la cámara y procedió a sacar los cerillos y prender su cigarro. Entonces le indicó al conductor que continuaran su camino. Nosotros lo seguíamos de cerca, detrás de él, hasta que llegamos donde un policía estaba regulando el tráfico.
   Me adelante con el caballo y le di instrucciones para que el carruaje fuese detenido y se le preguntara al hombre por su permiso para tomar fotografías. Él no tenía ninguno. La cámara fue tomada en custodia y el nombre y dirección del propietario fueron tomados "para continuar con los procedimientos posteriores".
   Desgraciadamente en ese tiempo - esto fue hace muchos años - estábamos discapacitados por nuestras leyes en la cuestión de arrestar y castigar espías. La ley sólo permitía confiscar v destruir cámaras que no tenían autorización, y eso era todo.
   "Procedimientos posteriores" hubiesen sido posibles. En este caso habría sido innecesario porque el caballero sospechoso tomo el siguiente bote hacia el continente.

INTRODUCCIÓN

Capítulo I
LOS DIFERENTES RANGOS DE LOS ESPÍAS

Capítulo II
LOS PLANES DE INVASIÓN ALEMES

Capítulo III
JAN GROOTBOOM, MI ESPÍA NATIVO

 Capitulo IV
TRANSPORTANDO INFORMACIÓN

Capítulo V
PLANOS SECRETOS DE FORTIFICACIONES

Capítulo VII
CÓMO SE DISFRAZAN LOS ESPIAS

Capítulo VIII
EXPLORANDO UN ASTILLERO EXTRANJERO

Capítulo IX
ESPIANDO A LAS TROPAS ALPINAS

 Capítulo X
POSANDO COMO UN ARTISTA

 Capítulo XI
ENGAÑANDO A UN CENTINELA ALEMAN

Capítulo XII
UN ESPIA ES SUSPICAZ

Capítulo XIII
BURLANDO A UN CENTINELA TURCO

Capítulo XIV
EL TURCO Y EL TÉ

 Capítulo XV
OBSERVANDO A LOS BOSNIOS

Capítulo XVI
ENCUENTRO CON LA POLICIA

Capítulo XVII
CAPTURADO AL FIN

Capítulo XVIII
EL ESCAPE

CONCLUSIÓN