En
poco tiempo mi hermano se me unió desde el área de
maniobras, pero al hacer eso él se puso bajo
observación y bajo sospecha, éramos prácticamente
un par de prisioneros. Era tal este caso que unos
días después recibimos una visita, a la hora del
almuerzo, de un amigo en buena posición que también
estaba en contacto con la policía. Él nos aconsejó
que el mejor camino que podíamos tomar era el
escapar del país mientras fuera posible; él se
encargaría de hacer los arreglos por nosotros. La
idea era deslizarnos a un puerto donde podríamos
abordar un vapor británico como si fuéramos dos
más de la tripulación y así salir del país.
Esa
era la escena. Pero la dificultad era cómo llevarla
a cabo. Se encontró un barco cuyo capitán estaba
dispuesto a recibirnos una vez que pudiéramos llegar
a él sin ser observados. Con la ayuda de nuestro
amistoso mesero, dejamos al detective en el hotel
dando a entender que estábamos cansados de estar
bajo sospecha y que audazmente iríamos a tomar el
tren y dejar el país.
A las
diez un taxi iba a venir por nosotros y nuestro
equipaje para llevamos a la estación. Nadie podría
interferimos porque éramos ingleses libres y no
estábamos sujetos a las reglas de ningún hombre. El
Embajador y todo el resto de los poderes debían oír
acerca de ello. Esto era para la información del
detective, él simplemente lo telefonearía a la
oficina de policía en la estación del tren, donde
debíamos ser arrestados en el momento de nuestra
partida.
Entramos
en nuestro taxi y conducimos por las calles hacía la
estación hasta estar fuera de vista del hotel.
Entonces le dijimos al conductor que queríamos ir a
otra estación. Este curso involucraba ir al río y
tomar el ferry. Fue un rato de mucha ansiedad.
¿Habríamos sido descubiertos?, ¿estaríamos
perdidos?, ¿estaríamos siendo seguidos?
Estas
preguntas se responderían por sí mismas conforme
progresáramos con nuestra maquinación. La
respuesta, cuando llegara, significaría muchísimo
para nosotros: ¡triunfo o cinco años en prisión!;
así que teníamos todo para estar ansiosos. De
alguna manera, no nos preocupábamos mucho acerca de
las consecuencias sino del presente, cómo evadir la
persecución y la recaptura.
Al
llegar al ferry le pagamos al taxista y nos fuimos
hacia el muelle. Aquí encontramos un bote que ya
estaba preparado, nos alejamos hacia el barco, que
estaba esperando bajo la niebla en medio del río
para arrancar al momento en que lo abordáramos.
En
este momento supremo tuvo mi hermano la temeridad de
discutir con el barquero sobre el precio, le exigí
que le diera al hombre el doble de lo que pedía,
sólo por ser libre, pero mi hermano estaba tranquilo
y por esta vez ¡estaba en lo cierto! Su acción de
negociar el precio pudo quitar toda sospecha que
podía tener hacia nosotros y al final llegamos a
salvo a bordo y nos alejamos.
CONCLUSIÓN
Tales
son algunas de las menores experiencias que, aunque
no sean muy sensacionales en sí, son parte del
trabajo diario de un "agente de
inteligencia" (alias un espía), y mientras
ellos tienden a revelar tal trabajo de toda sospecha
de monotonía, suman, como regla, ese toque de
romance y excitación que hace del espionaje el
fascinante deporte que es.
Cuando
uno reconoce también que podría tener resultados
invaluables para el propio país en tiempo de guerra,
uno siente que aunque si bien es a un tiempo gastar
abundantemente un gozo, no significa que es tiempo
desperdiciado; y si bien el "agente" es
capturado, puede "pasar" sin honores y
desconocido, él sabe en su corazón que ha luchado
tan valientemente por su país como sus camaradas que
cayeron en la batalla.
INTRODUCCIÓN
Capítulo I
LOS
DIFERENTES RANGOS DE LOS ESPÍAS
Capítulo II
LOS PLANES DE INVASIÓN ALEMES
Capítulo III
JAN GROOTBOOM, MI ESPÍA NATIVO
Capitulo IV
TRANSPORTANDO INFORMACIÓN
Capítulo V
PLANOS SECRETOS DE FORTIFICACIONES
Capítulo VII
CÓMO SE DISFRAZAN LOS ESPIAS
Capítulo VIII
EXPLORANDO UN ASTILLERO EXTRANJERO
Capítulo IX
ESPIANDO A LAS TROPAS ALPINAS
Capítulo X
POSANDO COMO UN ARTISTA
Capítulo XI
ENGAÑANDO A UN CENTINELA ALEMAN
Capítulo XII
UN ESPIA ES SUSPICAZ
Capítulo XIII
BURLANDO A UN CENTINELA TURCO
Capítulo XIV
EL TURCO Y EL TÉ
Capítulo XV
OBSERVANDO A LOS BOSNIOS
Capítulo XVI
ENCUENTRO CON LA POLICIA
Capítulo XVII
CAPTURADO AL FIN
Capítulo XVIII
EL ESCAPE
CONCLUSIÓN